Entrada de febrero, 2013

Justicia igualitaria

lunes, febrero 25th, 2013

En las antiguas “escuelas de cagones”, llamadas así por acudir a ellas personajillos con incontinencias aún no disciplinadas, nos enseñaron a fuego en qué consistía la justicia igualitaria.

La disposición del aula no podía ser más sencilla: nos sentábamos todos en pequeños taburetes en torno al maestro; eso sí, a una distancia tal, que la longitud de la vara que descansaba a su alcance, llegara a todas las cabezas semipensantes, de pelos alborotados. Se aplicaba una norma general: al transgresor de las normas le aplicaban el palo y ¡ay de ti! si llegabas a casa con la cantinela de que habías sufrido castigo, porque la correa o la zapatilla refrendaban sobradamente la actitud del maestro.

Justicia

 

Aunque a veces se notaba la predilección del enseñante por algunas personas, en lo tocante a la utilización del castigo ante los desvaríos, no existía discriminación alguna,se aplicaba de inmediato, en juicio sumarísimo.
Viene esto a cuento, no de la enseñanza, de la que hablaremos algún día, sino de la justicia.

Estamos asistiendo, sin entenderlo del todo, a una serie de comportamientos judiciales con ciertos personajes , que aún no tienen disciplinada su incontinencia de corrupción, a los que, caso de haber asistido a la escuela antigua justiciera, de seguro que el maestro no hubiera consentido que se colocaran fuera del alcance de la vara común al que tanto se temía.
Nadie pone en tela de juicio el derecho fundamental a la presunción de inocencia, proclamado en nuestra Constitución, que sólo decae ante prueba suficiente en contra, ante juez imparcial, ¡faltaría más!, Bien que echamos de menos aquellos que éramos vareados, a veces por un maestro ya mayor, con el oído o la vista disminuidos, que previamente al golpe, ante la alegación de “ha sido fulanito”, se hubiese suspendido la clase, procediendo a la apertura de un juicio donde se dictaminara si el maestro debería o no aplicar el castigo, en lugar de ser considerado chivato por los demás y recibir el abucheo del resto de compañeros.

Pero ese maestro cegato y sordo, conociendo sus limitaciones y preocupado por el buen orden en el aula, siempre colocaba en primera fila a los más alborotadores, de manera que, viéndose vigilados de cerca, decaían de inmediato en sus intentos de alborotar.
¿Que está pasando aquí con la Justicia? Muy fácil; por un lado, su mandamás, en vez de preocuparse por poner unas buenas lentes y un excelente audífono a los que imparten justicia, que de ese modo tendrían a su mano a los más necesitados de corrección, les obliga a juzgar con medios precarios y, para evitarles trabajo, deja sin derechos a buena parte de la población.

Que es lo mismo que si al maestro de escuela antiguo, le quitara aquellas gafas redondas y rayadas que remediaban en parte su ceguera y para que pudiera enseñar mejor, le dejaran a solas con los malhechores más pudientes, cuyos padres, en vez de aplicar zapatilla, pusieran a parir al maestro a la mínima, considerando que la vara era anticonstitucional.
Los métodos de aquélla escuela deben ser atemperados y corregidos ¡qué duda cabe!, pero eso es una cosa y otra bien distinta que los bárcenas y duques se aprovechen de la falta de medios de la justicia y puedan dilatar sus procedimientos más allá de lo que parece justo.

De seguir así, apaga y vámonos.

Con vos, Santo Padre

jueves, febrero 14th, 2013

Por muchas milongas que nos cuenten, al Papa alemán le pesa más la Curia  Romana y sus protegidos, que los años, y su hartazgo está más que justificado. Al núcleo duro de la Iglesia de los clerimán de Armani y sus palmeros, les gusta mucho más actuar con impunidad que con transparencia  son como la blanca paloma, que se revolvió contra la ventana papal, presa del vértigo que le producía ir a juntarse con sus compañeras, que anidan en la intemperie, con lo bien y confortable que resulta vivir en las fastuosas salas del Vaticano.

Rayo en el Vaticano

De todos los Papas que he conocido, éste me parece  el más apegado a la realidad, siempre dispuesto a pedir perdón en público, para asumir el compromiso de la enmienda, y no en alguno de los recónditos confesionarios de la Iglesia, donde se imponen penitencias, pero no se remedian actitudes.

Bien por Benedicto. En poco tiempo, ha sido capaz , sin alardes teatrales ni ineficaces nihilismos,  alzar su docta y veterana voz contra los desmanes de aquéllos que perteneciendo a un colectivo privilegiado y ungido, no supieron respetar al prójimo más débil, que confiados creyentes pusieron a su cuidado; por no hablar de unas finanzas cargadas de incógnitas.

Pero, con toda posibilidad , lo que ha rendido la entereza de este alemán indómito, cargado de fe y compromiso con la verdad, ha sido que desde su propia casa, haya salido la idea de introducir una víbora en sus aposentos que, alentada por ambiciones terrenales inconfesables,  y no tan inconfesables, ávida de muerte impune, encontró la forma de arrancar del Pontífice sus íntimos secretos.

Que Dios les perdone y al Papa Benedicto conceda larga vida, en ese convento de clausura donde piensa recogerse; hasta allí llegará el aliento de los que pensamos que bien merece una renuncia  la defensa de la Verdad.

Con vos, SANTO PADRE.

Por cierto, quedamos expectantes ante la gran noticia de la elección del  nuevo Papa, al que acompañará la sombra y ejemplo de su antecesor.

Política ¿la bien pagá?

martes, febrero 12th, 2013

A la política se le podría adjudicar aquello que el cantaor pone en boca de un desengañado: “ la bien pagá”, sobre todo desde que sabemos lo que nos cuestan sus palmaditas en la espalda, besos y abrazos democráticos.

Burlados por sus fechorías e infidelidades, insistimos en nuestro empeño de mantenerla, soñando con que algún día entenderá que somos  sus más incondicionales defensores.

Luis-Bárcenas-PP

La pregunta sería: ¿nos queda mucha paciencia? y la contestación pasa porque, pese a todo lo que está cayendo, aún tiene mucho margen para cambiar su conducta ; la generación del XXI,  con una formación que en nada se asemeja a la nuestra, tiene claro que esta inmundicia tan generalizada de los barcenazos, es producto de una paranoia colectiva poco seria, donde todos y cada uno de nosotros agota su pequeña o gran influencia  para sacar ventaja a los demás; basta  pensar en los que admitieron de buen grado hacer pequeños negocios con algún amigo constructor, a costa de encarecer la vivienda a medio terminar, situándose como intermediario interesado; por no hablar de las ventajas que, si se puede, se conceden a los amiguetes para conseguir un puesto de trabajo.

Cuando oyes estos argumentos , te quedas pensativo y no sales muy airoso del examen de conciencia sobre tu pasado. Claro que, ante estos  comentarios, no falta quien dice: coño, si los de la Renfe viajan gratis , yo, que soy médico, por qué no puedo  meter a mis enchufados por la puerta de urgencias , por poner un ejemplo, sin que a nadie le parezca mal.

 

En resumen, “el parné” ha trastornado a toda una generación, que conoció tiempos de escasez, hasta el punto de besar el monedero antes de pagar unas cañas en el bar de la esquina. La tan cacareada regeneración política, no será posible si, previamente, no se produce la ética en cada uno de los españolitos, que ahora nos rasgamos las vestiduras cínicamente; porque de lo contrario, tardaremos poco en cambiar las imágenes sagradas por billetes de quinientos euros, que tan internacionales  se han convertido, por no hablar de los que guardan clausura, esperando mejores momentos para salir a la luz pública.

A la bien pagá de esta política, la tiene que suceder una auténtica forma de gobernar, donde ,como se decía en Castilla en el medievo: “nadie sea más que nadie” y donde el dinero no pueda quebrantar voluntades, sobre todo aquéllas que tienen como misión defender el interés público. A la bien pagá del cantar, se le tiene que acabar el chollo de recibir dinero de los ilusos que pretendían encontrar en ella amores verdaderos.

 

Corrupción política

domingo, febrero 3rd, 2013

Qué puñetero es el dinero que con facilidad, como ocurre ahora, pone en cueros a una clase política, sin concederle más opción que cubrirse con una hoja de parra sus vergüenzas.

Basta que un medio de comunicación dosifique ,de forma inteligente, unas noticias que apuntan a la posible existencia de corrupción, para que se arme la marimorena. Es una película  de la  sabemos tanto el argumento como el desenlace, que no puede ser otro que la más absoluta impunidad para todos.

Las razones están claras: no tendrá solución este problema, mientras la justicia aplique la lentitud, mientras los depredadores sean expertos en hacer sus fechorías con la máxima diligencia y llegado el momento de justificar su actuación, baste negar la mayor , aunque nadie se lo crea, y dejar que el tiempo cure la herida del desaguisado.

corrupción política

 

¿Hasta cuándo? …  pues hasta nunca, porque todos los partidos políticos están metidos en el fango. Y así vamos caminando, sin saber si la indignación merece la pena , o es mejor, pasar por enanos mentales, eso sí, respetando escrupulosamente las leyes y cumpliendo las obligaciones que nos imponen los oligarcas con la mansedumbre e indolencia   del  cobarde.

Yo me pido un cargo de tesorero, que ya me encargaré de cubrirme la espalda repartiendo prebendas entre los “manis”, para que al ir todos en el mismo barco, no utilicemos el berbiquí que nos haga naufragar.

Que un amigo nuestro necesita dinero, pues se lo pido al partido y se lo devuelvo en cómodos plazos, por ejemplo, que los bancos están para los “curritos” que no tienen derecho a nada.

Si se descubre un pastel, no hay problema, nos basta un /una joven y ambiciosa política para que llame malintencionados a los informadores, protegida por un “superpolitico” para que todo quede en aguas de borrajas. Por mucho que llueva ahora, los corruptos dirán ¡¡ que me quiten lo bailao!! Y se despacharán, tratándonos de subnormales, hablando de dinero negro, que justificarán que no lo han utilizado presentando  su declaración de la renta.

Vaya bochorno.