Política ¿la bien pagá?

A la política se le podría adjudicar aquello que el cantaor pone en boca de un desengañado: “ la bien pagá”, sobre todo desde que sabemos lo que nos cuestan sus palmaditas en la espalda, besos y abrazos democráticos.

Burlados por sus fechorías e infidelidades, insistimos en nuestro empeño de mantenerla, soñando con que algún día entenderá que somos  sus más incondicionales defensores.

Luis-Bárcenas-PP

La pregunta sería: ¿nos queda mucha paciencia? y la contestación pasa porque, pese a todo lo que está cayendo, aún tiene mucho margen para cambiar su conducta ; la generación del XXI,  con una formación que en nada se asemeja a la nuestra, tiene claro que esta inmundicia tan generalizada de los barcenazos, es producto de una paranoia colectiva poco seria, donde todos y cada uno de nosotros agota su pequeña o gran influencia  para sacar ventaja a los demás; basta  pensar en los que admitieron de buen grado hacer pequeños negocios con algún amigo constructor, a costa de encarecer la vivienda a medio terminar, situándose como intermediario interesado; por no hablar de las ventajas que, si se puede, se conceden a los amiguetes para conseguir un puesto de trabajo.

Cuando oyes estos argumentos , te quedas pensativo y no sales muy airoso del examen de conciencia sobre tu pasado. Claro que, ante estos  comentarios, no falta quien dice: coño, si los de la Renfe viajan gratis , yo, que soy médico, por qué no puedo  meter a mis enchufados por la puerta de urgencias , por poner un ejemplo, sin que a nadie le parezca mal.

 

En resumen, “el parné” ha trastornado a toda una generación, que conoció tiempos de escasez, hasta el punto de besar el monedero antes de pagar unas cañas en el bar de la esquina. La tan cacareada regeneración política, no será posible si, previamente, no se produce la ética en cada uno de los españolitos, que ahora nos rasgamos las vestiduras cínicamente; porque de lo contrario, tardaremos poco en cambiar las imágenes sagradas por billetes de quinientos euros, que tan internacionales  se han convertido, por no hablar de los que guardan clausura, esperando mejores momentos para salir a la luz pública.

A la bien pagá de esta política, la tiene que suceder una auténtica forma de gobernar, donde ,como se decía en Castilla en el medievo: “nadie sea más que nadie” y donde el dinero no pueda quebrantar voluntades, sobre todo aquéllas que tienen como misión defender el interés público. A la bien pagá del cantar, se le tiene que acabar el chollo de recibir dinero de los ilusos que pretendían encontrar en ella amores verdaderos.

 

Corrupción política

Qué puñetero es el dinero que con facilidad, como ocurre ahora, pone en cueros a una clase política, sin concederle más opción que cubrirse con una hoja de parra sus vergüenzas.

Basta que un medio de comunicación dosifique ,de forma inteligente, unas noticias que apuntan a la posible existencia de corrupción, para que se arme la marimorena. Es una película  de la  sabemos tanto el argumento como el desenlace, que no puede ser otro que la más absoluta impunidad para todos.

Las razones están claras: no tendrá solución este problema, mientras la justicia aplique la lentitud, mientras los depredadores sean expertos en hacer sus fechorías con la máxima diligencia y llegado el momento de justificar su actuación, baste negar la mayor , aunque nadie se lo crea, y dejar que el tiempo cure la herida del desaguisado.

corrupción política

 

¿Hasta cuándo? …  pues hasta nunca, porque todos los partidos políticos están metidos en el fango. Y así vamos caminando, sin saber si la indignación merece la pena , o es mejor, pasar por enanos mentales, eso sí, respetando escrupulosamente las leyes y cumpliendo las obligaciones que nos imponen los oligarcas con la mansedumbre e indolencia   del  cobarde.

Yo me pido un cargo de tesorero, que ya me encargaré de cubrirme la espalda repartiendo prebendas entre los “manis”, para que al ir todos en el mismo barco, no utilicemos el berbiquí que nos haga naufragar.

Que un amigo nuestro necesita dinero, pues se lo pido al partido y se lo devuelvo en cómodos plazos, por ejemplo, que los bancos están para los “curritos” que no tienen derecho a nada.

Si se descubre un pastel, no hay problema, nos basta un /una joven y ambiciosa política para que llame malintencionados a los informadores, protegida por un “superpolitico” para que todo quede en aguas de borrajas. Por mucho que llueva ahora, los corruptos dirán ¡¡ que me quiten lo bailao!! Y se despacharán, tratándonos de subnormales, hablando de dinero negro, que justificarán que no lo han utilizado presentando  su declaración de la renta.

Vaya bochorno.

Árbitros de fútbol

Lo de ser árbitro de fútbol  en el que todos se parten el pecho por ganar, es para nota. Como el balón se salga fuera del campo o haya fuera de juego y no lo pites ya te puedes preparar a que te llamen de todo menos bonito, con independencia de que se puede producir una conmoción, de tal envergadura, que se convierta en el tema estrella de cuantos pisan este planeta.

No creo haber dicho nada, hasta ahora, que no sea compartido por todos los aficionados al deporte del fútbol  Pero, tate…tate…, el otro día me quedé perplejo, cuando asistiendo a un debate televisivo de Punto Pelota, pude observar cómo para dilucidar si en una determinada jugada había existido o no fuera de juego, habían llevado al plató a dos arquitectos para que se pronunciaran sobre el tema.

árbitro de fútbol

Después de buscar el punto de fuga de la foto y delimitar una serie de proyecciones, se volvieron hacia el moderador del programa y muy seguros de su veredicto, dictaminaron que “no había existido fuera de juego”. Madre mía, pensé yo, llevándome las manos a la cabeza, ¡dónde hemos llegado!, pobres árbitros, que ahora tendrán que luchar nada menos que con técnicas de proyección y fugas, a la hora de ser juzgadas sus decisiones.

Apagué el televisor y recobré la calma, ya que en la tertulia de marras las voces altas y las interrupciones continuas de los contertulios en los parlamentos ajenos, constituye su seña identificativa, pese a las reiteradas llamadas al orden del moderador.

 

 

Pensé para mis adentros, que los que habían considerado que la endiablada prueba técnica descrita pudiera constituir un dogma de fe, estaban muy equivocados, porque la escena sometida a examen, en vivo era dinámica y no estática, pero, además, había que considerar en todo este embrollo el momento en que el balón había salido del que pretendió el pase.

Pienso sinceramente que los árbitros deberían de salir al campo no con un “silbato” amarrado a la muñeca, sino con un “GPS” especial, fabricado al efecto, dotado de un piloto que se encendiera al producirse un fuera de juego. Pero ¿qué hacemos con esos ayudantes que se llevan un sofocón en cada partido, recorriendo las bandas de una portería a otra? Todo un problema, que se solucionaría dotándolos de un casco provisto de un telémetro con cruz filar, que de forma milimétrica dejara al descubierto cualquier alineación punible.

Preocupado por los árbitros y sus decisiones, aún queda un asunto muy controvertido por tratar: con qué aparato se podrían medir las simulaciones de los jugadores cuando se caen…. Lo pensaremos otro día, espero que no se haya notado que soy forofo de un equipo concreto.

Esperanza Aguirre ‘Cazatalentos’

Si sorprendió a todos anunciando, no hace mucho, su retirada de la política activa, no ha sido menos sorpresiva su decisión de solicitar excedencia y aceptar el guiño de la empresa catalana Seeliger y Conde, para ocupar el cargo de «asesora estratégica».

Esperanza Aguirre

Dejando aparte cualquier consideración sobre la conveniencia, de cara a la galería de seguidores políticos, de compatibilizar su cargo en el partido con enfundarse el traje de la empresa privada, lo cierto es que al frente de la plantilla de la que ahora forma parte, está alguien cuya inclinación a contratar personas con influencias controvertidas ha sido demostrada.

Pero, como es de suponer, esta circunstancia será muy tenida en cuenta por la ex presidenta a la hora de marcar el terreno de su actuación. Otra cosa distinta es que, siguiendo a Shopenhauer, una sola acción característica por parte de una persona, puede permitir llegar al conocimiento de su carácter, y por consiguiente, reconstruirlo en cierta medida, aún cuando se trate de una cosa insignificante, pues cuanto más fútil sea la cosa, mejor, porque en los actos importantes las personas están en guardia, mientras que, por el contrario, en las pequeñas siguen su instinto natural sin pensar mucho en ello.

Basta recordar el revestimiento emocional que la Sra. Aguirre utilizó para justificar su salida de la política, sabiendo que por el camino de humanizar su conducta, tal postura sería perfectamente asumible. Digamos que la gran política, supo representar con brillantez el último acto de una obra magnífica, sin dejar que el iceberg de los verdaderos motivos, asomara lo suficiente para que se disparara cualquier alarma.

Incluso no faltó el punto de dramatismo personal, que concitó la adhesión total a su postura. Pero eso en nada se parece a la decisión que ha tomado ahora, mucho menos importante que la anterior, a la que sin duda se puede despojar de cualquier argumentación justificativa, ya que pertenece a su esfera personal e íntima, que, en nada afecta a los intereses generales.

Pero este “pequeño detalle”, como dice el filósofo, puede que haya dejado al descubierto y justifique sus últimas actuaciones políticas, que tantas críticas han suscitado; me refiero, por ejemplo, a la privatización de la sanidad madrileña y el gran interés y eficacia que mostró para conseguir que una gran iniciativa de ocio encontrara acomodo en los dominios que entonces regentaba. Sin olvidar la rebaja de 2000 millones en los Presupuestos de 2013.
Todo lo anterior, nos lleva a pensar que una mujer, de una gran preparación en todos los sentidos, con gran experiencia y éxito en la gestión de los intereses públicos, valiente y decidida en mantener sus criterios a cualquier precio, puede tener en la cabeza, o al menos le ronda, la creación de una corriente de opinión que no se ajuste a las que hasta ahora se vienen imponiendo, y aunque ella no personalice y se ponga al frente de la misma, pueda iluminar a los que más que están sufriendo estoicamente esta crisis profunda para encontrar el camino a seguir en este nuevo siglo.

Esperemos acontecimientos.

Reflexiones sobre la confianza empresarial

Trataré de explicar del modo más sencillo, la mala noticia que nos ha hecho llegar el  Instituto Nacional de Estadística, sobre uno de los factores que más pueden influir en la salida de este atolladero en que nos encontramos desde el punto de vista económico.

Me refiero al Indicador de Confianza Empresarial Armonizado, es decir, lo que piensan los empresarios sobre el futuro de la economía. La mala noticia es que dicha confianza  ha caído 4,1 puntos y, por tanto, sigue su mala racha desfavorable, encontrándose los empresarios de las dos Castillas entre los que tienen menos confianza en cuanto al futuro de su negocio.

 

Evolución del Indicador de Confianza Empresarial Armonizado

No resulta difícil deducir la poca gana de las empresas para ampliar plantilla e invertir y la actitud negativa de los trabajadores de cara al consumo de bienes duraderos, como pueden ser los coches, los muebles o los electrodomésticos.

Al tema de la confianza, ya se refirió el rey Juan Carlos al dirigirse a los españoles en su tradicional mensaje navideño, para pedir a todos una dosis de autoconfianza en nuestras posibilidades individuales y colectivas, ante la «intensidad» y el «rigor» de los malos tiempos económicos.

Pero claro, a poco que uno se adentre en los entresijos del informe estadístico a que aludimos, aparece reflejado como ha bajado notablemente la fabricación de elementos metálicos para la construcción y la fabricación de automóviles, como también los elementos de hormigón, cemento y yeso; por último, también ha bajado la producción de jabones, detergentes y otros artículos de limpieza.

Algo muy significativo y que suena a ruidos de fábricas que en la burbuja se engrandecieron, pero que ahora languidecen por falta de innovación y por resistirse a reconocer que los tiempos en que sólo se utilizaba la tabla de multiplicar han acabado.

A todo esto, el crédito, por el que suspiran no pocos emprendedores, no acaba de llegar, mientras tenemos noticias de que en un informe de la Asociación de Inspectores del Banco de España, no han encontrado reparos en asegurar que en las inspecciones a los bancos comerciales se ha mirado para otro lado, ante posibles indicios de conductas merecedoras de tratamiento penal.

Y el paro subiendo.

Todo lo anterior invita a reflexionar sobre el perfil de los políticos que deben sujetar las riendas de las bestias que tiran de este carruaje, antes de que se quede sin ruedas de tanto transitar por caminos nada recomendables.

No es hora  de dormitar y menos de perdernos en disquisiciones partidistas interesadas.

La autoconfianza vendrá de la mano de saber cómo estamos y en quiénes debemos de confiar. Reflexionemos sobre la peregrinación que nos espera y cuanto antes emprendamos el camino.

Allá vamos

El temor al folio en blanco me sigue persiguiendo, a pesar del tiempo que he pasado en mi ya larga vida, intentando plasmar por escrito, algunos pensamientos y no pocas inquietudes.
Ese abrir las ventanas de mi entendimiento para que después de llegar hasta mí los vientos de fuera, no siempre cálidos y saludables,  devolverlos de nuevo cubiertos del halo de mis pensares , sigo considerando que exige un esfuerzo, a veces, difícil de asumir.

Benito BlancoSi hoy traspaso ese umbral, lo hago con el mismo temor de siempre, confiando en que tras los primeros pasos en este medio llamado blog, de indudable sabor añejo, pueda adentrarme en esta torre de Babel, sin vanidad, amargura o resentimiento, sino con la actitud que corresponde a quien , pese a contar en su vida con muchos desengaños, siempre trató de encontrar en la fortuna, que también se le presentó, argumentos para no perder la alegría de seguir viviendo.

Los que me conocen no se preguntarán a qué viene esto de presentarme con un blog debajo del brazo, pues saben de  mi afición, hasta ahora con pseudónimo, a juntar palabras con mayor o menor acierto.

Para los que desconocen ese aspecto de mi vida, y el modo con que lo llevo a efecto, me voy a presentar a ellos, exponiendo los condicionantes que han guiado mi pluma, siempre cambiantes, buscando el modo más eficaz de establecer comunicación con los demás; para ello , hablaré a continuación del modo, el tono, el contexto  los temas y el techo en que pretendo encaje este blog

El modo:

Comenzaré por decir que iluminó el camino, en lo referente al modo de escribir , aquello que aparece en los dardos de mi querido paisano Fernando Lázaro Carreter, al decir que » casi todo puede decirse de otra manera, que tal vez sea mejor, más clara,más rotunda, más irónica, menos enrevesada,mejor ajustada al asunto, a su intención, a las expectativas de quién ha de leerlo»; por ello acometo esta tarea , que voluntariamente me impongo, desde la humildad de saber que se pueden decir las cosas de otro modo.

 

El tono:

Pretendo moverme en ese tono medio situado entre la rebeldía y la indolencia, sin dejarme arrastrar por extremismo alguno y procurando ser objetivo, lo que no quita que cuando haya que alzar la voz, lo haga, pero siempre buscando la objetividad en mis argumentos. Como escribió el maestro Umbral ,con aquel gracejo tan suyo, en este blog no aparecerá «ningún grito de ave de corral de lujo».

 

El contexto:

Hace tiempo que no rivalizo con nadie, pues, siguiendo a Goytisolo, procuro ver las cosas y mi vida a distancia, sabiendo que la historia colocará a cada cual en el lugar que le corresponde.

 

Los temas:

No mantendré la brújula fija ante orientación alguna, cualquier viento que la mueva será buen pretexto para opinar de política, economía, arte, etc.