Esperanza Aguirre ‘Cazatalentos’
martes, enero 15th, 2013Si sorprendió a todos anunciando, no hace mucho, su retirada de la política activa, no ha sido menos sorpresiva su decisión de solicitar excedencia y aceptar el guiño de la empresa catalana Seeliger y Conde, para ocupar el cargo de «asesora estratégica».
Dejando aparte cualquier consideración sobre la conveniencia, de cara a la galería de seguidores políticos, de compatibilizar su cargo en el partido con enfundarse el traje de la empresa privada, lo cierto es que al frente de la plantilla de la que ahora forma parte, está alguien cuya inclinación a contratar personas con influencias controvertidas ha sido demostrada.
Pero, como es de suponer, esta circunstancia será muy tenida en cuenta por la ex presidenta a la hora de marcar el terreno de su actuación. Otra cosa distinta es que, siguiendo a Shopenhauer, una sola acción característica por parte de una persona, puede permitir llegar al conocimiento de su carácter, y por consiguiente, reconstruirlo en cierta medida, aún cuando se trate de una cosa insignificante, pues cuanto más fútil sea la cosa, mejor, porque en los actos importantes las personas están en guardia, mientras que, por el contrario, en las pequeñas siguen su instinto natural sin pensar mucho en ello.
Basta recordar el revestimiento emocional que la Sra. Aguirre utilizó para justificar su salida de la política, sabiendo que por el camino de humanizar su conducta, tal postura sería perfectamente asumible. Digamos que la gran política, supo representar con brillantez el último acto de una obra magnífica, sin dejar que el iceberg de los verdaderos motivos, asomara lo suficiente para que se disparara cualquier alarma.
Incluso no faltó el punto de dramatismo personal, que concitó la adhesión total a su postura. Pero eso en nada se parece a la decisión que ha tomado ahora, mucho menos importante que la anterior, a la que sin duda se puede despojar de cualquier argumentación justificativa, ya que pertenece a su esfera personal e íntima, que, en nada afecta a los intereses generales.
Pero este “pequeño detalle”, como dice el filósofo, puede que haya dejado al descubierto y justifique sus últimas actuaciones políticas, que tantas críticas han suscitado; me refiero, por ejemplo, a la privatización de la sanidad madrileña y el gran interés y eficacia que mostró para conseguir que una gran iniciativa de ocio encontrara acomodo en los dominios que entonces regentaba. Sin olvidar la rebaja de 2000 millones en los Presupuestos de 2013.
Todo lo anterior, nos lleva a pensar que una mujer, de una gran preparación en todos los sentidos, con gran experiencia y éxito en la gestión de los intereses públicos, valiente y decidida en mantener sus criterios a cualquier precio, puede tener en la cabeza, o al menos le ronda, la creación de una corriente de opinión que no se ajuste a las que hasta ahora se vienen imponiendo, y aunque ella no personalice y se ponga al frente de la misma, pueda iluminar a los que más que están sufriendo estoicamente esta crisis profunda para encontrar el camino a seguir en este nuevo siglo.
Esperemos acontecimientos.